Voy a partir de la base de que el título de este post es un tanto pretencioso. Es cierto que el mundo tiene mucho más de 6 lugares que pueden atrapar a cualquiera. Hay miles de sitios que son impresionantes. De hecho, clinic desde que me planteé escribir sobre esto he hecho no sé cuántas listas diferentes sin saber con qué 6 lugares quedarme. Pero bueno, como no es cuestión de hacer textos muy largos porque os cansaríais de leerme, he puesto todo mi esfuerzo y concentración en intentar elegir 6 de mis preferidos. Así que… aquí van!!


BAHÍA DE HALONG

Ha sido elegida recientemente como una de las 7 maravillas naturales del mundo y no es para menos. La bahía de Halong es de estos típicos sitios que has visto mil veces en fotografías, en revistas y en programas de viajes y piensas que ojalá tengas la suerte algún día de conocerlo en persona. Cuando decidí irme de vacaciones en verano de 2009 a Vietnam lo tuve claro: el primer lugar apuntado en mi lista de “sitios que no me puedo perder” fue, sin duda, éste.

La bahía de Halong, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el 94, es una inmesa extensión de agua salpicada por tres mil islotes que hacen de ella un paisaje inigualable. Una auténtica obra de arte creada por la propia naturaleza que deja boquiabierto a cualquier viajero que se desplace hasta Halong para descubrir este paisaje.

Como bien mandan la tradición y cultura vietnamitas, la bahía de Halong posee su propia leyenda. Según cuentan, Halong significa “donde el dragón baja al mar”. Las islas habrían sido creadas por un enorme dragón que vivía en las montañas. Cuando éste quiso dirigirse hacia la costa fue su gigante cola la que creó los valles. Una vez llegó al mar provocó que toda la zona se inundara y dejó sólo visibles las cumbres de los islotes que conforman hoy día la bahía.

La mejor manera de conocer la bahía de Halong es a través de un crucero en el que es posible disfrutar desde uno a tres días navegando entre las islas. Además de admirar el paisaje desde lo alto de alguna de las montañas, también se pueden visitar diversas grutas preparadas para los curiosos viajeros o se pueden realizar actividades acuáticas como kayak.

 

CATARATAS VICTORIA

Cuando el doctor Livingstone se hallaba descubriendo el África más profunda, fueron los propios zimbabwenses los que le animaron a que les acompañara a disfrutar “del humo que truena”. Cuál sería su sorpresa al encontrarse de repente ante una de las maravillas de la naturaleza más impresionantes del mundo: las cataratas Victoria.

Fue él mismo el que las bautizó así en honor de la reina Victoria en 1855. Las cataratas forman parte de dos parques naturales diferentes: uno en Zambia y otro en Zimbabwe, los dos países desde los cuales se pueden visitar. Son las aguas del río Zambeze las que llegan hasta este punto y caen desde una altura de 108 metros.

Una de las actividades que se pueden realizar si se visita desde el lado de Zimbabwe (que fue desde el que las visité yo), es la de sobrevolar las cataratas en helicóptero. A pesar de que es considerablemente caro (120 euros por 12 minutos de vuelo) e impresiona de una forma increíble, os puedo asegurar que bien merece la pena.

 

LALIBELA

Y no nos vamos muy lejos. Un poco más al norte de África llegamos hasta Etiopía. Un país increíble que sorprende por su belleza y sus inesperados rincones. Uno de ellos es Lalibela. Se encuentra al norte de Addis Abeba, la capital (a una hora de avión o unas 10 horas de carretera).

Lalibela es una ciudad santa que acoge un conjunto de iglesias pertenecientes a la religión cristiana ortodoxa etíope. Un enorme complejo de santuarios excavados en la roca bajo el nivel del suelo. Entrar en Lalibela es como introducirse en un mundo que quedó anclado 800 años atrás.  En mi opinión la visita a la San Jorge es fundamental. Se encuentra separada del resto de iglesias, tiene forma de cruz y es la que se mantiene mejor conservada.

Visitar Lalibela a las 6 de la mañana, cuando todos los fieles, vestidos de blanco, se acercan hasta aquí para llevar a cabo sus oraciones, es algo que no puede explicarse de ninguna de las maneras. Hay que ir allí para vivirlo.

 

FUSHIMI, KIOTO

Y si lo que apetece es perderse y olvidarse de la vida y del mundo, lo mejor es plantarse en el templo de Fushimi, en la ciudad japonesa de Kioto. Si no has estado nunca antes en Japón (y si has estado, también), probablemente una de las primeras cosas que te viene a la mente al pensar en el país son los típicos toriis: una especie de arco japonés rojo que hace las veces de puerta en la entrada de los santuarios. Pues bien, en el templo de Fushimi te topas de frente con casi 4 kilómetros de toriis, uno detrás de otro!

Este templo, escenario de películas como Memorias de una Geisha, se trata de un santuario sintoísta a las afueras de la ciudad nipona. Según dicen, está considerado uno de los lugares más bellos de todo Japón, y no es para menos.

Yo lo visité de noche, cuando pasear por esos largos senderos te ponía los vellos de punta. Ni un alma por allí, tan sólo 4 amigos que nos desligamos del resto del grupo que se quedó en Kioto, y nos aventuramos a perdernos por esos caminos interminables.

La fotografía que podéis ver aquí es de un amigo, Sergio James, que estuvo en el templo al día siguiente de visitarlo yo. Mis fotos están muy oscuras, ya que, como he explicado, cuando lo visité por no haber, no había ni apenas luz.

 

 ISLA VANCOUVER

Y de Asia damos un salto en el mundo hasta el continente Americano. Al oeste más oeste que puede haber de Canadá, se encuentra la isla más grande de la costa occidental americana: Isla Vancouver. Bañada por el Océnano Pacífico, una de las maneras de llegar hasta allí es en un ferry que sale desde las proximidades de Vancouver, ciudad que se encuentra aún en el continente, y que dura dos horitas.

Aunque en sus inicios estuvo poblado por tribus amerindias hoy es un lugar bastante visitado por los amantes del surf. La impresionante naturaleza tan característica de Canadá también se puede admirar en todo su esplendor en este rinconcito del planeta.

Bosques espesísimos donde curiosamente era fácil encontrarse cada dos por tres con carteles en los que te advertían de la presencia de osos negros en la zona: algo que le daba “más cosilla” al asunto.

Visitar esta isla te permite disfrutar de excursiones como la observación de cetáceos o navegar en canoa por lagos y playas. Dar un paseo por Victoria, la principal ciudad de la isla, también tiene su encanto. (Los ferrys llegan y salen de esta ciudad, así que dedicarle una parte del viaje a la visita merece la pena).

Una de las cosas que recuerdo con mayor cariño es la estancia en unas cabañas junto a un lago que pasamos durante todo un fin de semana. La pareja que llevaba el negocio era simpatiquísima y nos permitió alojarnos como pudimos a las 11 amigas que nos plantamos de repente en sus cabañas con nuestras mochilas a cuestas. Una barbacoa de noche en pleno bosque, bañarnos en un jacuzzi sin que nos alumbrara absolutamente nada (pudiendo ver cada una de las millones de estrellas) y bañarnos en un lago con barcas y canoas, hicieron que Isla Vancouver se convirtiera, sin duda, en un lugar que me atrapó.

 

JAISALMER, INDIA

Aunque tengo decidido dedicarle un post más extenso a esta ciudad india, no puedo dejar de incluirla en este listado. Y realmente he de decir que todos los lugares que visité en este país me atraparon de alguna manera. Ya os hablé una vez de una de las maravillas de la arquitectura, el Taj Mahal. También os enseñé a través de mis fotografías uno de los lugares más místicos que he visitado jamás: Varanasi… Ahora le toca el turno a una de la  ciudades con más personalidad que pude descubrir en India.

Jaisalmer también es conocida como “la ciudad dorada” y se encuentra en el estado de Rajastán.  El adejtivo de “dorado” es debido al color amarillento que predomina en la ciudad y en sus alrededores al encontrarse en el desierto de Thar. Pasear por sus calles y conversar con su gente hace descubrir una ciudad que vive a un ritmo diferente. El caos que se puede sentir en otros muchos lugares de Rajastán desaparece en este rincón. Me encantó conocer las interesantes historias de algunos de los comerciantes que nos hablaban de sus vidas mientras regateábamos entre bromas. Por supuesto, con un chai en nuestras manos porque si algo tienen los indios, es que son tremendamente hospitalarios. Descubrimos los recovecos del fuerte de Jaisalmer y paseamos en camello por el desierto de Thar para ver la puesta de sol desde las dunas.

En mi opinión, una de las ciudades con más encanto del norte de la India.

 

No es ningún misterio que me estoy dejando en el tintero muchísimos rincones maravillosos del mundo, pero he intentado hacer una selección que se ajuste lo máximo posible a mis gustos. Como podéis ver, los destinos asiáticos y africanos son los que más me “han atrapado”. Y vosotros, ¿con qué 6 destinos os quedaríais?  ¿Coincidís en alguno conmigo? Animaos y dadme vuestra opinión!