Aunque siempre he tratado de viajar bastante por Europa no fue hasta finales de 2007 cuando pisé por primera vez Alemania. Queríamos pasar un fin de año distinto, click y nos decidimos a disfrutarlo en la bonita pero gélida Berlín.

Éramos un grupo de amigos y nos iríamos justo después de los días de fiesta de Navidad, there con lo cual cada uno saldría de su aeropuerto más cercano y nos encontraríamos en la capital alemana. Yo volé desde Málaga con Easyjet y Air Berlín. El vuelo, del 27 de diciembre al 2 de enero, lo compré a través de Edreams. No me salió precisamente barato (265 euros), pero era la única opción que tenía en ese momento. En total fueron seis días en los que descubrí una ciudad increíble.

Realmente pienso que es la capital europea que más opciones de todo tipo ofrece. Desde ocio a diversión pasando por gastronomía, cultura y una historia fascinante.

De las cosas que más me gustaron de la ciudad tengo que destacar una de ellas: la East Side Gallery. Un tramo de 1,3 kilómetros de muro que ha sobrevivido a los años tras la reunificación y a la consiguiente caída del mismo en el 89. Debido a su longitud se trata de la galería al aire libre más grande del mundo.

Aunque estos son los restos que quedan hoy día, el verdadero muro se extendió en su momento a lo largo de 45 kilómetros (dentro de la ciudad de Berlín). Lo que actualmente es considerado como un monumento a la libertad dividió las dos Alemanias durante nada menos que 28 años. 28 años en los que familias y amigos se vieron separados, en los que miles de vidas se vieron afectadas y trastocadas, y durante los que unas 200 personas perdieron la vida a consecuencia del muro. Tan sólo 60 lograron atravesarlo sin morir o quedar heridos en el intento.

Algunos datos interesantes para conocer un poco mejor la situación que se vivía son, por ejemplo, que los ciudadanos tenían completamente prohibido acercarse a menos de metro y medio del muro. Ni siquiera las líneas telefónicas comunicaban ambos lados, con lo que durante 28 años las familias se vieron obligadas a comunicarse con los suyos a gritos por encima del muro. Hasta que lo hicieron aún más alto y ancho y también esta vía desapareció.

Muchas de las pintadas que decoran la East Side Gallery se han convertido en verdaderos iconos. Suelen ser restauradas con asiduidad debido a que se estropean bastante ya sea por las inclemencias del tiempo o por aquellos artistas que consideran que su arte es mejor que el ya existente y deciden plasmarlo sobre los originales.


Uno de los murales más conocidos es el famoso beso de tornillo entre Leonidas Breznev (el que fuera Jefe de Estado de la Unión Soviética) y Erich Honecker (presidente de la República Democrática Alemana). La imagen está inspirada en una fotografía de los dos dirigentes que se tomó en 1979 durante la celebración del trigésimo aniversario de la RDA.

Hasta 106 obras de arte decoran la East Side Gallery. Sin embargo, se pueden encontrar más pedazos de este muro que tanto marcó la historia alemana por otras partes de la ciudad como Postdamer Platz o en una de las calles principales de Berlín, Unter den Linden. De la misma manera que la East Side Gallery, estos trozos también han sido decorados por artitas profesionales. Es bonito ir descubriéndolos poco a poco, mientras se pasea y se disfruta de la ciudad.

Tardamos en recorrer el casi kilómetro y medio un tiempo considerablea ya que, a pesar del frío, había trozos de muro que nos llamaban la atención a cada paso. Ya fuera porque simplemente nos gustaban o porque eran trozos mundialmente reconocidos y, por supuesto, queríamos retratarlos.

Una visita absolutamente imprescindible!

PARA LLEGAR:

Este enorme monumento a la libertad se encuentra en el barrio de Fiedrichshain-Kreuzberg, en la calle Muhlenstrasse, muy cerca del centro de Berlín. Para llegar a él lo mejor es coger el S-Bahn (metro subterráneo) y bajarse en la parada Ostbahnhof (S3, S5, S75, S9). También se puede llegar en U-Bahn (metro al aire libre). La parada en esta ocasión sería Warschauer Strasse (U1).