Bruselas, medical capital de Bélgica, supone un atractivo destino para darse una escapada de fin de semana. Cualquier excusa es buena para ojear un ratín en internet y tantear si una de las múltiples compañías low cost que operan desde España tiene alguna oferta apetecible. Si es así, no te lo pienses, pulsa el botón de comprar y prepárate para despertar a tus sentidos!!

Quizás haya quien opine que la época en la que visité esta ciudad no es la más apropiada. Yo pienso que las ciudades está bien conocerlas en todas sus facetas. Lo cierto es que nos plantamos un grupo de 6 amigos en Bruselas en un fin de semana de noviembre. El frío y la nieve nos acompañaron durante los dos días de estancia. Aún así, nos divertimos muchísimo. (He de decir que en otra ocasión aproveché una escala en el aeropuerto de Bruselas para darme un paseo durante dos horas. Esta vez era julio y pude descubrir una ciudad diferente).

Aquí os dejo algunas claves para disfrutar de un fin de semana en la capital belga:


Su CHOCOLATE.
SÍ, sé que igual es un poco exagerado comenzar a enumerar las razones por las que visitar una ciudad por una cosa tan simple como el chocolate. Pero es que quien piense esto es que nunca ha probado el chocolate belga. Me autodefino como una amante absoluta de este manjar y lo considero un placer absoluto. Y para aquellos que lo sientan como yo, ¡¡pasear por las calles de Bruselas supondrá una dulce tortura!!

Decenas de tiendas dedicadas al chocolate se reparten por cada rincón de esta ciudad. Aparecen en todas sus formas y tamaños. En todos los colores y variantes… Así que preparad los bolsillos!! (y no os montéis en una báscula a vuestra vuelta!). Aconsejo que no dejéis de probar las fresas bañadas en chocolate blanco que se despachan en la tienda Godiva, en la Grande Place. ¡Impresionantes!!

 

 

Descubrir sus MURALES.
Caminar por el centro de Bruselas muestra una ciudad repleta de sorpresas. Y una de ellas es gracias a los cómics.

El cómic ha tenido una importancia enorme en Bélgica a lo largo de su historia. 40 millones de cómics se producen en este país cada año, de los que 11 millones se venden en la propia Bélgica. De hecho, Bélgica es la patria del gran Tintín o de Spirou y Fantasio, y el Centro Belga del Cómic es uno de los puntos clave para visitar en la ciudad.

Es el importante papel del cómic en el país lo que hizo que debido al estado de ruina en el que se encontraban muchos edificios del centro de Bruselas, los mejores dibujantes del país se movilizaran y decidieran decorarlos con sus dibujos. Por ello, es fácil encontar a cada paso que se da por la ciudad murales enormes de los personajes de cómic belgas más importantes.

 

Visitar el ATOMIUM
¿Conocéis algún viaje más singular que adentrarse en el interior de una molécula? Pues también esto es posible en Bruselas!! Tan sólo hay que acercarse hasta el recinto de la antigua Expo 58, en el Boulevard du Centenaire, y admirar el increíble edificio/escultura (no sabría cómo llamarlo) que se alza ante nuestros pies. Una molécula de cristal y hierro formada por nueve esferas y ampliada nada menos que 65 millones de veces!!

La estructura fue diseñada por el arquitecto André Waterkeyn con intención
de que se mantuviera solamente durante los 6 meses que duraba la Exposición de Bruselas del 58. Sin embargo, fue tan grande la acogida que tuvo que decidieron mantenerla indefinidamente. En la actualidad se celebran en su interior exposiciones temporales y alcanza su mayor esplendor cuando por la noche es iluminada por miles de luces.

Hay mucha gente que considera el Atomium el verdadero símbolo de la ciudad de Bruselas.

 

Disfrutar de su OFERTA CULTURAL

La verdadera razón por la que viajamos hasta Bruselas en el 2008 fue por un concierto. Death Cab for Cutie, uno de mis grupos favoritos, pasaba por Europa con su gira pero en España no hacía ninguna parada en condiciones. Así que como Bruselas fue una de las ciudades que eligieron para dar un concierto, y no conocíamos la ciudad, aprovechamos y matamos dos pájaros de un tiro.

Tratándose de la “capital de Europa” la vida de esta ciudad es alucinante. Así que si pensáis viajar hasta allí, no dejéis de mirar antes por internet qué conciertos, exposiciones u otras ofertas culturales podéis pillar de paso. Seguro que encontráis miles de opciones.

Salir de marcha también es fácil en esta ciudad, sobre todo teniendo en cuenta que la cerveza es una de sus especialidades. Probar todas las variantes que existen de esta bebida en Bélgica supondría quedarse allí mucho más de un fin de semana (existen más tipos de cervezas que días del año). Aunque siempre se puede experimentar a ver cuántas cervezas se pueden probar en dos días!!

 

Indagar acerca del ESPÍRITU DE BRUSELAS

Ciudad underground donde las haya. Capital europea. Icono/símbolo del art nouveau. Dicen de Bruselas que sus propios ciudadanos o la odian, o la adoran. La arquitectura de la ciudad impresiona a quien la visita, y es que sus edificios son dignos de ver. Con rincones sorprendentes y plazas increíbles donde pararse a tomar un simple café (si puede ser acompañado de un gofre con chocolate y nata, pues mucho mejor), Bruselas se queda grande para un fin de semana.

Muchas de sus calles del centro esconden detalles que no se deben pasar por alto. Un ejemplo es el Mannekenpis. Sí o sí hay que acercarse hasta el rincón donde se encuentra la estatua de este niño orinando en una esquina. El tamaño de  la figura seguramente es mucho más pequeño de lo que nadie puede imaginarse antes de ir en su búsqueda (60 cm). Múltiples leyendas planean sobre la historia de esta imagen. Hay quien piensa que está dedicada a un niño de dos años de edad que salvó a la ciudad de su fin al orinar sobre la mecha de una bomba que estaba a punto de explotar. Sea cual sea la verdadera historia, el Mannekenpis se ha convertido en todo un héroe para los bruselenses.

La Grande Place es otro de los lugares obligados para pararse a descansar y disfrutar. El ayuntamiento se encuentra en este lugar. Los edificios, todos representantes del Art Nouveau, son impresionantes.

Por supuesto, la zona del Parlamento Europeo, (ya en otra parte de la ciudad), llena de modernos y enormes edificios también es digna de visitar. Probablemente de lunes a viernes tenga mucha más vida que cuando tuve la oportunidad de ir. Era domingo y, además de que estaba todo cerrado, no había ni un alma por las calles de la zona.

Como toda ciudad europea la historia del pueblo puede aprenderse conforme se pasea por sus calles. Con Bruselas ocurre lo mismo. Es cierto que está genial como destino de fin de semana, pero también es cierto que Bruselas es mucho más de lo que acabo de exponer aquí. Y como no me gusta nada quedarme en lo más superficial de una ciudad, me encantaría volver a viajar a Bélgica con tiempo para pasear y conocer cada rincón de lo que, estoy segura, puede brindar ya no sólo la capital, sino el país entero.