¿Habéis oído hablar alguna vez del templo de Karni Mata, sale en India? Se encuentra en la región de Rajastán y a lo mejor con ese nombre no os suena para nada. Pero, ¿y si os digo que se trata del templo de las ratas? Si aún así no sabéis de qué hablo, aquí os cuento un poco sobre este curioso lugar.

En la ciudad india de Deshnoke se construyó, hace ya 600 años, un templo dedicado a la diosa Karni Mata. Según las creencias hindúes se piensa que esta diosa, tras morir, se reencarnó en rata. Es por ello que estos animalitos sucios y un tanto asquerosillos pasaron a ser venerados por los hinduistas.

No cualquier persona es capaz de entrar en este lugar tan tranquilamente. He de decir que a las puertas me encontré con algunos viajeros que no habían reunido el valor suficiente como para decidir a darse un paseo por él. La razón es bien sencilla: más de 20 mil ratas andan sueltas por el templo a su aire. Como en todo templo hinduista, para visitarlo es obligatorio descalzarse a la entrada. Ya os podéis hacer una idea de lo agradable que puede resultar caminar por un suelo lleno de excrementos y orines de ratas y con los pies descalzos… Charo, mi amiga con la que viajé por India aquel 2008 y yo, nos pusimos dos pares de calcetines, uno encima de otro, y los tiramos a la basura tal y como salimos por la puerta tras la visita.

Aún así yo os recomendaría que hicierais de tripas corazón y no os perdierais la visita por nada del mundo. Puede ser uno de los rincones más curiosos del planeta que haya visto jamás.

Eso sí, hay que tener mucho cuidado. Si alguien pisara por desgracia alguna de estas ratitas, tendría la obligación de sustituirla por una estatuilla similar de oro o plata. No sé por cuánto podría salir la broma pero tampoco me apetece descubrirlo. También se dice que si alguna de las ratas pasa por encima de tu pie es símbolo de buen augurio. A nosotras no nos ocurrió. Tampoco es que nos importara mucho…

Según sigue contando la leyenda, la diosa Karni Mata se reencarnó en una rata de color blanco. Lo curioso es que existe tan sólo una de ese color en todo el templo. Si la encuentras (recuerda que son más de 20 mil!), sí que significará que toda la suerte el mundo está contigo. Y nosotras la encontramos!!

Las ratas están por todas partes. Corriendo, comiendo, o durmiendo. Me pareció muy curioso ver cómo se subían a cualquier rincón, como a las rejas de las barandillas o a cualquier otro recoveco, y allí se quedaban, adormiladas y medio colgando. En ocasiones parecían hasta algo moribundas… Por todas partes se pueden encontrar ofrendas que los fieles depositan en el templo para ellas. Frutas, cereales e incluso leche.

Para llegar: El templo está a muy poco tiempo de la ciudad de Bikaner. Normalmente se visita (o así lo hicimos nosotras) de camino a Jaipur. Como en todos los templos hindúes, hay que pagar por la visita (lo que no recuerdo es cuánto), por hacer fotografías, y por dejar los zapatos en las estanterías que hay a la entrada.