Amanecer en la Duna 45… una experiencia inolvidable

El infinito…

Oscuro, seek poco a poco rojizo… hasta hacerse de un color dorado intenso. Esta fotografía la realicé poco después del amanecer, a eso de las 5 y media de la mañana en Sossusvlei, al suroeste de Namibia.

Un rincón del planeta de esos que a veces, cuando lo ves en fotografías o en documentales, te preguntas si realmente existe. Y sí, os garantizo que existe.

Lo ideal para disfrutar de este lugar es levantarse muy temprano, aún antes de que se vea el primer rayo de sol, y acudir hasta la parte baja de la duna número 45. Para mantener el parque nacional de Namib-Naukluft en buen estado esta es la única duna por la que se permite caminar (o más bien arrastrarse)  hasta alcanzar su cima.

Todas las mañanas decenas de viajeros que se alojan en el campamento junto a la entrada al parque se reúnen en este punto y comienzan su peregrinación. Aunque aún sea de noche y haga frío, se hace duro el caminar sobre la arena cuesta arriba…

Una vez en lo alto lo ideal es sentarse y esperar… Cuando menos lo esperas se atisba una pequeña línea de luz en el horizonte… Es el sol!! A partir de este momento todo sucede muy deprisa. Poco a poco y cada vez con mayor rapidez se le ve apareciendo, mientras los tonos de la arena del desierto infinito realizan un baile por la paleta de colores rojizos. Es realmente alucinante.

Todo el mundo permanece en silencio hasta que el sol acaba por imponerse sobre los kilómetros de dunas que nos rodean. Al fin y al cabo es el desierto más antiguo del mundo. Y eso, merece un respeto.

Cuando por fin el sol nos deslumbra con toda su fuerza ha podido transcurrir aproximadamente media hora. Pero ha sido una media hora preciosa.

Ahora ya sólo queda bajar y continuar el día. Quedan muchas cosas por ver! Lo que sí puedo afirmar es que se trata de un día que ha comenzado de la mejor manera posible!

El desierto se va tiñendo de un rojo cada vez más intenso según amanece… un espectáculo.

La duna 45

Subiendo la duna 45…