Por su gente. Por sus paisajes. Por sus sonidos o por su cultura. Senegal es pequeña en tamaño, pero grande en espíritu. Y su espíritu, su esencia, atrapa. Aquí algunas razones por las que, si pudiera, volvería mañana mismo a Senegal. Sin duda alguna.
Allá por el 2010 cuatro amigos decidimos unir nuestros espíritus viajeros en un viaje que nos llevaría a conocer gran parte del sur más salvaje de África. Namibia fue una de las etapas: comprobar cómo viven los animales de las sabana en libertad, disfrutar de sus maravillosos paisajes y conocer de cerca su asombrosa cultura fueron solo algunas de las sorpresas que nos deparó el país.
10 fotografías. 10 rostros diferentes. 10 imágenes tomadas en puntos muy diversos del planeta. Desde Marruecos a Nueva York, o desde Noruega a Myanmar. De Etiopía a España o de Guatemala a India. Hoy os propongo una vuelta al mundo a través de su gente.
Si existe un lugar con elegancia y estilo en Marrakech, ese es el Jardín Majorelle. Un remanso de paz en una ciudad caótica por naturaleza. Una obra de arte de la botánica donde vivió sus últimos años el diseñador francés Yves Saint Laurent. Y una visita obligada si se viaja a la ciudad marroquí.
Llevábamos toda la mañana paseando y grabando el estilo de vida de la tribu hamer en Turmi, un pequeño pueblo del sur de Etiopía. El Valle del Omo puede llegar a resultar bastante duro en épocas de sequía. El calor apretaba, y mucho. Caminábamos hacia el mercado semanal persiguiendo a varias vendedoras cuando, de repente y por casualidad, nos encontramos con él.
Según nuestro coche avanzaba por las carreteras repletas de baches el paisaje iba mutando. Veníamos del sur de Etiopía, del Valle del Omo, donde el calor había sido insoportable. Nuestro conductor se las apañaba para sortear a niños, vacas y cabras. Y así fue como llegamos, tras interminables horas de camino, a Gambo.
En este artículo os presento a José Luis, creador de Agua de Coco, una fundación asentada en el sur de Madagascar. Con él descubriremos un proyecto precioso: la escuela de Ankalika, uno de los barrios más pobres de Tulear.
Tengo que confesar que viajé a la capital de Marruecos sin demasiadas expectativas. Y eso, cuando se trata de viajes, es bueno: las sorpresas son mayores. Rabat supuso para mí exactamente eso, una caja llena de sorpresas a modo de olores, sabores y experiencias que disfruté como nunca. Os animo a conocerla.
Visitar una tribu himba fue uno de los momentos que más disfruté durante mi viaje por Botswana y Namibia. ¡Sobre todo porque son increíblemente fotogénicos! Y si no me creéis, echad un ojo a las imágenes de este artículo.
Durante el verano de 2010 viví una de las mejores experiencias de mi vida: viajar en 4x4 por Botswana y Namibia descubriendo de primera mano sus parques nacionales. Aquí expongo una pequeña muestra con las fotografías de algunos de los animales que conseguí ver durante aquellos días de aventura.
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